Domingo, 01 de Febrero de 2009 00:00
Ciudad del Este,- En el ultimo día del novenario en honor a San Blas, el Mons. Oscar Páez Garcete recordó que la transmisión de valor, principios y actitudes debe ser constante dentro de la familia para que los hijos vayan creciendo con una mentalidad relacionada a la vida cristiana. “La familia es la Iglesia domestica, promotora de la fe y de la comunión eclesial”.
El Obispo Emerito de la Diócesis de Alto Paraná y Canindeyú, Mons. Oscar Páez Garcete, presidió la celebración Eucarística en el ultimo día del novenario en honor a San Blas, desarrollando el tema: “La familia como Iglesia domestica promotora de la fe y la comunión eclesial”. En su homilía Resaltó que los valor que se aprenden en casa de los padres y el entorno familiar quedan profundamente marcado en los hijos. “La misión es transmitir a la familia y su aporte dentro de la sociedad es insustituible. Por eso la familia es la Iglesia domestica, promotora de la fe y de la comunión eclesial”.
Mons. Páez señaló que los padres deben motivar a los hijos en los valores de la fe. Si los hijos observan que los padres tienen un afecto y una devoción a un ser superior, eso queda gravado en ellos formando de ese modo su conciencia y hacer que en el futuro ellos también lo practiquen. “Esa transmisión de valor, principios y actitudes debe ser constante dentro de la familia para que los hijos vayan creciendo con esa mentalidad”.
“La transmisión de la fe en la historia de la Iglesia es gracias a la familia”.
En el último día del novenario se oró por los pueblos originarios, hermanos indígenas, por los afroamericanos y caribeños, por los pueblos de distintas culturas que habitan las tres fronteras.
Los valores buenos o malos se aprende en nuestros hogares y estos repercuten en nuestra vida diaria.
Todos debemos tomar conciencia de enseñar buenos valores, enseñar con buenos ejemplos solo así mejorara nuestro mundo actual.
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